El pasado 21 de septiembre, en la ciudad bonaerense de Tandil, falleció Juan Carlos Pugliese (h.), político y abogado argentino que se destacó a lo largo de cuatro décadas por su gestión en política universitaria y su aporte a la expansión del sistema de educación superior de su país. En su homenaje, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) presenta dos semblanzas de Mario Albornoz y Carlos Pérez Rasetti, quienes tuvieron el placer de conocerlo y trabajar a su lado.
Adiós a un protagonista
Mario Albornoz
Coordinador del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de OEI
El lunes 21 de septiembre muchos nos sentimos conmovidos con la noticia de la muerte de Juan Carlos Pugliese, un hombre profundamente identificado con la educación y en particular con la universidad en Argentina. Era además un hombre bueno y muy querido.
Juan Carlos pasó por todos los escalones de la educación superior: fue docente, rector, autoridad universitaria en más de un gobierno. Era un referente de la universidad reformista. Impulsó la creación de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, de la que fue su primer rector. Fue además docente en varias universidades, entre otras, las de Mar del Plata, San Luis y la Universidad Tecnológica Nacional.
Apenas recobrada la democracia, fue uno de los actores principales en la organización del Congreso Pedagógico Nacional. Por entonces era subsecretario de gestión Educativa. también fue presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU). Más adelante, entre 2002 y 2005, se convirtió en secretario de políticas universitarias de la Nación.
Pese a su condición de dirigente del radicalismo, fue un hombre de consulta por gobiernos de diferentes corrientes políticas. Era natural que así fuera: Juan Carlos fue un hombre de mente abierta y un cultor del diálogo, del trato amable y de la amistad.
Se ha ido un amigo. La educación superior en Argentina ha perdido, además, a un protagonista y a un hombre clave al que hemos querido recordar y hacerle este homenaje.
Un conciliador infatigable
Carlos Pérez Rasetti
Investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), Argentina
Juan Carlos Pugliese (h) fue uno de los protagonistas de la política universitaria argentina desde la recuperación de la democracia hasta su reciente e inoportuno fallecimiento. Asumió responsabilidades en momentos críticos para el país y para la universidad: el rectorado de la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires durante la normalización luego de los desbastadores años de la dictadura y los primeros años de reconstrucción de la institucionalidad democrática, la presidencia de la CONEAU durante la crisis del 2001, la Secretaría de Políticas Universitarias durante la transición de 2002 y los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner, que significaron la inauguración del más largo período de recuperación y afianzamiento de la universidad pública asumida como política de Estado. Y todo eso lo hizo bien. Su capacidad para constituir equipos plurales y su talento para sostener los objetivos políticos mediante la práctica irrenunciable de la conciliación le ganaron el afecto de muchos y el respeto de todos en esos períodos de enorme dificultad.
Era de Tandil, lo siguió siendo siempre. Se mantuvo fiel a esa ciudad en la que sostuvo su lugar en el mundo, su espacio de retiro, su familia y los muchos amigos a los que volvía cada semana.
Estudió derecho en la Universidad Nacional de La Plata y, aunque ejerció la profesión con diversa intensidad en distintos momentos de su vida, lo suyo fue la política, vocación que heredó de su padre, al que admiraba, y cuyo legado llevó siempre con orgullo. De tradición reformista y radical, se concentró en la política universitaria y supo sostener aquellos principios en diálogo con otras tradiciones universitarias y políticas nacionales contribuyendo a sostener y desarrollar el sistema universitario durante estos 37 años de vigencia democrática. El sistema universitario lo vio ejercer casi todas las responsabilidades: rector de la UNICEN, del Instituto Universitario de River Plate, cuyo diseño contribuyó a realizar conciliando su experiencia universitaria con una inclaudicable pasión futbolera. Fue también subsecretario de Gestión Educativa de la Nación durante el gobierno de Alfonsín, consultor para el desarrollo de nuevas instituciones universitarias, asesor de gobiernos en nuestro país y en el extranjero, y en los últimos tiempos rector del Instituto Universitario de la Policía Federal y subsecretario de Formación y Carrera en el Ministerio de Seguridad. Y fue siempre docente universitario.
El vacío que deja tiene el tamaño de su figura personal, universitaria y política. Su familia y sus amigos lo van a extrañar tanto, pero también lo va a extrañar la universidad argentina. Lo vamos a extrañar los que, como yo, tuvimos siempre oportunidad para acompañarlo en los espacios de trabajo que sabía crear, los que como yo fuimos sus amigos y lo queríamos tanto.