El Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) lanza un nuevo informe de coyuntura sobre la cantidad de investigadores en Iberoamérica. El sistema científico se ha expandido de manera acelerada a nivel mundial, especialmente desde la posguerra. Ya en 1963, el físico e historiador Derek de Solla Price llamaba la atención sobre el crecimiento de la base científica de su época y señalaba que esa tendencia no podía mantenerse por mucho tiempo: “Está claro que no podemos crecer otros dos ordenes de magnitud, como ha ocurrido en los últimos cinco años. Si lo hiciéramos, deberíamos tener dos científicos para cada hombre, mujer, niño y perro en la población”. Ese ritmo de crecimiento -propio de la expansión de la actividad científica en el marco de la Guerra Fría- no se sostuvo a nivel mundial, aunque el número de científicos tampoco ha dejado de crecer. En 20 años la cantidad de investigadores ha crecido más que cualquier variable demográfica. En Iberoamérica, esa tendencia ha sido aún mayor. Este informe es el séptimo de una serie que presenta análisis estadísticos sobre distintos aspectos del estado del arte de la ciencia y la tecnología en Iberoamérica.